Reiki se define, según su origen japonés (Rei:divinidad, universal Ki:energía vital), como la canalización de la energía vital universal o divina. Me gusta aclarar que para mí es la canalización de la energía que está a disposición de todo y en todo, la cuál tiene una conciencia propia que le permite equilibrar todo lo que afecte, por lo que, en cualquier caso, únicamente puede beneficiar en su aplicación. La mayoría de las ramas del tratamiento del Reiki están basadas en la investigación y pautas del doctor y psicólogo Mikao Usui, para la facilitación del reequilibrio básico del ser. Su aplicación libera los bloqueos energéticos, armoniza la circulación de la energía por todo el ser y alinea los motores energéticos o chakras, facilitando la autocuración en procesos médicos, acelerando la recuperación en cirugías, eliminando el estrés y aportando claridad mental. Ahara es una frecuencia de Reiki basada en los conocimientos energéticos del antiguo Egipto especialmente indicada para procesos de limpieza y drenaje de los cuerpos mental, emocional, espiritual y físico para la preparación y/o apoyo en el alineamiento de éstos, y la activación del Yo Soy o Cristo interno. Una vez desbloqueado el sistema y armonizado los diferentes cuerpos, se aumentará la vibración a la frecuencia del amor incondicional dando paso al alineamiento desde el chakra corazón o la glándula timo.